Hurst Green, un pequeño pueblo en el campo, en el valle del río Ribble, al noroeste de Inglaterra. Un tradicional pub inglés, “Las tres liebres dobles”. El tabernero, cuatro amigos, y las esposas de dos de ellos. Un desafortunado pinchazo en un flamante automóvil todo terreno. El misterio del páramo. La niebla. La sombra del sabueso de los Baskerville… . Todo lo anterior combinado con unas cuantas rondas de alcohol –pintas de cerveza bitter, y un par de botellas de whisky Bell’s–, la consiguiente exaltación de las amistades, y algún que otro esteroide suelto, desatan la euforia alcohólica que lleva a unas personas, aparentemente sensatas, a salir de caza furtiva en medio de la noche.

























