La globalización ha acentuado un fenómeno que comenzó a gestarse durante la primera Modernidad, cuando se fracturó, de modo irrevocable, la unidad religiosa de Europa: la convivencia en un mismo espacio polĆtico y social de diversas identidades religiosas.
Gestionar esta diversidad, tambiĆ©n irrevocable –por mucho que algunos cantos de sirena populistas llamen al retorno a la homogeneidad–, es un desafĆo que obliga por igual a las instituciones polĆticas, a las organizaciones internacionales, a las propias comunidades religiosas y, por supuesto, al derecho.
Este libro analiza el modo en que el derecho espaƱol gestiona esta diversidad religiosa. Lo hace desde un supuesto decisivo: no se trata solo de asegurar la coexistencia pacĆfica de las distintas comunidades y de los individuos que se integran en ellas, sino tambiĆ©n de promover una sociedad inclusiva que reconozca la pluralidad religiosa y estĆ© en condiciones de convertirla en un recurso enriquecedor para el propio tejido social.













