La fascinación por los hechos de la revolución francesa, en los que Castelar encuentra los orĆgenes de su mundo contemporĆ”neo, le llevó a firmar un extenso prólogo a la traducción de la Historia de la revolución francesa de Adolphe Thiers que la casa Montaner y Simón publicó en 1876, y rescatamos. En sus pĆ”ginas, cargadas de sugerentes imĆ”genes propias de su retótica romĆ”ntica, Castelar mostrarĆ” una aceptación sin complejos de los hechos revolucionarios, hasta los mĆ”s sangrientos, como una pura necesidad de la dialĆ©ctiva histórica o de los designios divinos, lamentando la crueldad de todo el proceso, pero justificando plenamente su sentido.

























